Perspectivas

En la vida se nos presentan multitud de situaciones en las que nos vemos obligados a tomar decisiones, consciente o inconscientemente. Sin embargo, no todos quedamos igualmente satisfechos o tenemos la misma visión con respecto a una misma cosa. Hay tres posturas que todos somos capaces de reconocer, las cuales merecen que nos detengamos un segundo a analizar ya que conllevan una influencia en el resultado, y la moral con la que aceptamos dichos sucesos. Así podremos reflexionar acerca de la perspectiva que queremos tomar ante la próxima situación.

La primera actitud a describir es la optimista, que se caracteriza por tener una visión de futuro positiva, es decir, se va a ver todo de color de rosa, propiciando que el sujeto haga las cosas con un mayor entusiasmo y se mantenga con ganas de emprender. No obstante una vez que dichos sucesos han finalizado, suele invadirle una gran insatisfacción debido a que las cosas nunca salen como se quiere y éste espera más de ellas; y si salen realmente mal, la decaída es mucho peor. Después de ello le resulta relativamente fácil cambiar de objetivo y/o volver a ilusionarse.

La actitud pesimista, viene a ser exactamente lo contrario a la anterior, la persona piensa que las cosas no van a salir bien, y expresa frases distinguidas como: "haré lo que pueda pero..." "se que va a salir mal" etc., normalmente acompañadas de poca vitalidad o cierta frustración adelantada. Pero una vez pasado el acontecimiento, como mínimo no les va a sorprender si sale mal, pero normalmente va a conllevar que disfrute más de las alegrías y se ilusione con cualquier pequeña cosa que no esperaba; lógicamente hasta que le ocupe otro problema.

En cuanto a la realista, va a lograr un mayor control sobre la vida del individuo, ya que jugará con todas las probabilidades y posibilidades de cualquier futuro suceso, limitándose a verlo con imparcialidad. Ocurrida la situación, simplemente la aceptará, y la emoción o desilusión apenas van a ser notables, siendo ese el mayor problema de esta actitud, apenas es impresionable. Sin embargo a la hora de emprender algo, lo hará con un mayor orden y no se dejará llevar por los primeros impulsos.

Aunque normalmente se etiqueta optimista, pesimista o realista a un sujeto, es conveniente hablar de actitud, ya que dicho individuo puede tener una u otra dependiendo de un problema concreto. Además su perspectiva general puede cambiar a lo largo de su vida según el resultado de los hecho pasados.

Nota: El que las cosas malas tengan un lado positivo no es más que una utopía, sólo se inclina hacia lo menos negativo dentro del desastre. Nos auto engañamos al afirmar que las cosas son mejor así.

2 comentarios:

  1. Hombre, yo creo que hay muchas más filosofías que las que mencionas. Es más, yo soy optimista y no suelo ceder ante los fracasos.

    "¿Por qué nos caemos Bruce? Para aprender a levantarnos".

    Saludos compañero.

    ResponderEliminar