1- La gente que cuando sale de un coche le da un golpecito en señal de Puedes irte.
2- Cuando aprietas en el botón de un ascensor y alguien que va detrás de ti lo aprieta de nuevo.
3- Cuando cierras la puerta con llave (a cal y canto) y compruebas si se te quedó abierta.
4- Las personas que van a la universidad, instituto, colegio; pero sobre todo, a la biblioteca, en tacones (o vestidos para una boda).
5- Donde está agarrado el columpio de Heidi.
6- La gente que al meterse el móvil en el bolsillo le da dos golpecitos desde fuera, como si le dijeran: Tranquilo, ya estás a salvo.
7- Cuando cruzas un paso de peatón, y el conductor que te da paso te hace muchas señas, tu interpretas que te está metiendo prisa, al no poder verle la cara por el reflejo del sol en el parabrisas; pero insiste y decides seguir de largo. Luego pasan los días y un amigo te llama diciéndote antipático porque te saludó desde el coche y lo ignoraste.
8- Que Beyoncé tenga dos bailes: el bueno y el hortera.
9- Cuando acabas de subir a una guagua y el chófer arranca antes de que de tiempo a sentarse.
10- La gente que da soluciones a problemas ya solucionados con un irritante hubieras hecho...
11- En las películas americanas, cuando el malo está a punto de matar al bueno, pero le suelta un discurso que le da el tiempo suficiente a la policía para llegar.
12- Cuando es el bueno quien controla la situación y la policía llega a última hora.
13- Que los americanos no utilicen las llaves del coche, ya que siempre que salen lo dejan abierto.
14- El hecho de que las puertas de la calle en las teleseries siempre estén abiertas, y pueda entrar y salir quien quiera.
15- La gente que considera el paso de peatón un campo de fuerza, y cuando ven que su semáforo está en verde se activa ese campo. Cruzan sin mirar y aunque sea evidente que el tráfico es horrible, dicen un curioso Ellos paran.
16- Como es que el pez de Pinocho, con todo lo que pasó en la película, nunca se saliera de la pecera.
17- El gato que está triste...¿y azul?
18- La única e inigualable pregunta inútil en toda película: ¿Estás bien?
19- Que el campo de fútbol en Oliver & Benji sea una semicircunferencia.
20- Cuando nos rascamos el ojo y abrimos la boca.
Fábula Del Gorrión
Tras contarla en una ocasión en un viaje a Madrid del que quizá hablaremos en el futuro, y ser ignorada debido a que yo no contaba con el famosillo "Punto de apoyo" (ver próximas entradas), quiero darle otra oportunidad, después de este párrafo de publicidad, a esta fábula que de alguna forma me ha hecho pensar.
Un 23 de junio, en pleno comienzo del verano, salió del cascarón un pequeño gorrión; el polluelo era tardío y sus cuatro hermanos ya habían empezado a ganar peso, por lo que le resultó muy laborioso no morir de hambre.
Tres semanas más tarde, ya emplumado pero incapaz de volar, veía como sus hermanos salían tras sus padres del nido en busca de alimento, y lo empezó a invadir cierta inquietud hasta que una tarde, prematuramente, dio el salto que lo impulsaría a ver las vistas más bellas de una hermosa colina de pastos al más puro estilo "Heidi".
Sin embargo, pronto empezó a sentir el cansancio y, lejos de la vista de sus padres, cayó al frío suelo del campo; estaba a punto de morir congelado, cuando una vaca que pastaba por allí sin percatarse de su presencia defecó encima del animalito; apenas se podía mover pero las heces lo mantuvieron calentito por la noche. A la mañana siguiente, un gato curioso notó un movimiento en ese pastuño, y con la pezuña lo sacó. Cuando se dio cuenta de que era un pajarito, y tras varios meneos, se lo comió.
Este pequeño relato, esconde en el fondo un planteamiento (aparte de que hay que pensárselo muy bien cuando pretendamos independizarnos), que debemos conocer bien a las personas, antes de prejuzgar quien es nuestro amigo y quien no, en quien podemos confiar y quien puede tener intereses ocultos. Para que lo vean más claro, la moraleja de esta fábula es: No todo el que se caga en ti es tu enemigo, ni el que te saca de la mierda tu amigo...
Un 23 de junio, en pleno comienzo del verano, salió del cascarón un pequeño gorrión; el polluelo era tardío y sus cuatro hermanos ya habían empezado a ganar peso, por lo que le resultó muy laborioso no morir de hambre.
Tres semanas más tarde, ya emplumado pero incapaz de volar, veía como sus hermanos salían tras sus padres del nido en busca de alimento, y lo empezó a invadir cierta inquietud hasta que una tarde, prematuramente, dio el salto que lo impulsaría a ver las vistas más bellas de una hermosa colina de pastos al más puro estilo "Heidi".
Sin embargo, pronto empezó a sentir el cansancio y, lejos de la vista de sus padres, cayó al frío suelo del campo; estaba a punto de morir congelado, cuando una vaca que pastaba por allí sin percatarse de su presencia defecó encima del animalito; apenas se podía mover pero las heces lo mantuvieron calentito por la noche. A la mañana siguiente, un gato curioso notó un movimiento en ese pastuño, y con la pezuña lo sacó. Cuando se dio cuenta de que era un pajarito, y tras varios meneos, se lo comió.
Este pequeño relato, esconde en el fondo un planteamiento (aparte de que hay que pensárselo muy bien cuando pretendamos independizarnos), que debemos conocer bien a las personas, antes de prejuzgar quien es nuestro amigo y quien no, en quien podemos confiar y quien puede tener intereses ocultos. Para que lo vean más claro, la moraleja de esta fábula es: No todo el que se caga en ti es tu enemigo, ni el que te saca de la mierda tu amigo...
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